PROTEJAMOS EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
CAMPAÑA CONTRA EL TRÁFICO ILÍCITO DE PIEZAS ARQUEOLÓGICAS
2022
Nuestro país y todo el Sur Andino Americano es poseedor de una enorme herencia cultural, cuya huella permanece hasta el día de hoy y se expresa con fuerza a través de los muros de las antiguas chullpas, corrales y pucarás, en las pinturas rupestres, en la cerámicas formadas por las manos de los abuelos, en antiguos textiles y en las piedras milenarias que marcan los caminos transitados por los marchantes del pasado.
Este legado, sin embargo, se encuentra en riesgo de desaparecer para las futuras generaciones de niñas, niños y jóvenes, producto del robo y tráfico ilícito de bienes arqueológicos que dañan irremediablemente el patrimonio de las comunidades, pues además de afectar estos bienes en su dimensión material y el contexto histórico y cultural que los rodea, también provoca una pérdida de la memoria histórica e identidad de las culturas que sabiamente los custodian.
El patrimonio cultural es afectado desde el momento que un objeto arqueológico es huaqueado* en un sitio; los huaqueros extraen objetos “comerciables” para ellos que son susceptibles de ser vendidos y dañan todas las otras evidencias que nos sirven para entender las culturas del pasado y su forma de ver la vida. Después, a través del comercio ilícito, estos tesoros pasan al anonimato y olvido, siendo imposible compartir su gran valor con todo el planeta.
Nuestra legislación protege los Monumentos Arqueológicos, los que son propiedad del Estado.
Las excavaciones en sitios arqueológicos requieren autorización del Consejo de Monumentos Nacionales (Ley N° 17.288, de 1970, sobre Monumentos Nacionales).
¡Protejamos el patrimonio arqueológico!